Una foto, una infidelidad -cuento propio.

Actividad: Cuento propio de una foto que revela un secreto inconfesable.
La infancia con mama tuvo altibajos. Siempre se ocupó de nosotros, de mi hermano y de mi. Estaba presente, era ordenada y meticulosa con nuestras cosas y desde chicos nos ordenaba con muchas rutinas que nos hacía sentir seguros. Pero se la veía triste, tomaba medicación para la depresión y para dormir. Seguramente por eso durante el día la notábamos apagada, algo ida. Discutía mucho con mi papa. Nosotros no sabíamos de qué, pero siempre la discusión terminaba con un portazo de él gritándole que era una loca. El era muy simpático. Trabajaba muchísimo hasta los fines de semana inclusive tenía que viajar. Pero bueno, ganaba bien y nosotros teníamos una buena vida. Buenos colegios, salidas al cine, a comer a restaurantes y todos los juguetes que se nos ocurrieran. Las vacaciones las pasábamos en la casa de Pinamar, mi papá nos llevaba y nos dejaba con mama y la abuela. El iba y venía porque no podía descuidar su trabajo tanto tiempo.
Pero repentinamente una primavera mamá murió. Fue un cáncer fulminante que duró apenas dos meses. Nada se pudo hacer. Nunca me sentí ni creo que pueda sentirme más sola que en ese tiempo. En realidad ya pasaron ocho años de su muerte y no hay una noche que deje de lagrimear cuando pienso en mamá. Pero la vida siguió y de a poco fuimos recobrando la alegría. Rápidamente papá se puso de novio con Lucía y la trajo a vivir a casa con nosotros, creo que fue aliviador para mi hermano, ella era maestra jardinera y Ramiro tenía apenas cuatro años. Yo creo que la tomó como su mamá. Pero conmigo las cosas eran distintas. No podía aceptar la idea de reemplazar a mi mama por otra mujer, y posiblemente pensaba que la estaba traicionando, no se, pero la relación nunca fluyó demasiado. Así que apenas tuve la oportunidad, a los dieciocho me fui a vivir a la casa de mi querida abuela Tete. En los veranos cuando ellos se iban a la casa de Pinamar yo me iba con alguna amiga a cuidarles la casa. Y ahí fue cuando ocurrió.  Esa tarde llovía, así que aburridas, comenzamos a sacar unos álbumes de fotos que estaban en el estante de la biblioteca. Y allí apareció. Una foto de mi papa y la esposa apoyados en la puerta de la camioneta negra. ¿Cómo podía ser? las fechas se superponían, una de mis fotos favoritas era la de nosotros cuatro apoyados en la puerta de esa camioneta recién comprada, ese verano en Pinamar, sonrientes, felices.
De pronto todo se aclaro, y como fotos viejas aparecieron las imágenes que me acompañaron durante toda mi infancia, ausencia, peleas, gritos, depresión…
Y mi intuición, nuevamente mi intuición, que me explico el porqué de nunca haber logrado quererla.

Foto escogida: 2009, vacaciones en Pinamar.
La camioneta recién comprada, después de tanto esfuerzo, mis padres aún juntos.
Mi hermano valentino.


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